jueves, 8 de enero de 2009

AZNAR VUELVE A LA CARGA

Esta mañana estaba ojeando la prensa digital, y me ha causado mucha impresión unas declaraciones del ex-presidente Aznar sobre la victoria de Obama en las presidenciales americanas.
Califica la victoria como exótica, y le augura un gran fracaso en su gestión. De Bush dice que nunca será recordado como lo que es. Un gran estadista.

Mi pregunta es: Hasta cuando va a seguir este señor opinando de todo lo que se antoje de manera pública? Por lo visto no le parece bien ninguna  decisión ciudadana que vaya en contra de sus ideales.

Señor Aznar, basta ya. Respete a todo el mundo. Pero sobre todo respete el voto de los ciudadanos, sean del país que sean, y sobre todo si son países con tradición democrática.

Os dejo con las declaraciones publicadas por El Periódico, de este singular señor.

Aznar desdeña la victoria de Obama por su "exotismo"

A su incondicional apoyo al denostado George Bush, José María Aznar ha sumado ahora un nuevo ingrediente: el rechazo a la celebrada victoria electoral de Barack Obama, presidente electo de EEUU. En una entrevista con la edición española de la revista Vanity Fair, el expresidente del Gobierno español califica de "exotismo histórico" el triunfo de Obama y desdeña su potencial al augurar que su mandato acarreará un "desastre económico".
Para Aznar, la próxima llegada de Obama a la Casa Blanca "es la prueba de que el sueño americano existe". "Obama es una persona de raza negra que ha llegado a presidente de EEUU, lo que para ellos es un cambio extraordinario", afirma el presidente de honor del PP. El "exotismo" que atribuye a la victoria de Obama le valió ayer un duro reproche del número dos del PSOE, José Blanco, que lo definió como un "reaccionario" con "raíces racistas".
De Sarah Palin, frustrada candidata republicana a vicepresidenta, Aznar elogia sus "sólidas convicciones" y le augura un "gran futuro político" pese a su inexperiencia. "¿Y a Bush? ¿Se le recordará como el gran estadista que es?", se pregunta. Y, como Churchill, concluye: "Los grandes pueblos son desagradecidos".

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